Sigue cayendo en picado la facturación de las empresas de seguridad privada
La facturación
de las empresas catalanas de seguridad privada caen un 20 %
Las empresas y la administración recortan en
vigilancia y alarmas. La fusión de entidades bancarias ha supuesto una
reducción del número de servicios de recogida de dinero a los bancos.
El sector de la seguridad privada en Cataluña acumula
un descenso de la facturación del 20 por ciento en los últimos 4 años. Reciben
las consecuencias directas de los problemas que padecen de otras empresas, que
han recortado gastos en vigilantes y sistemas de alarma. La administración,
sobre todo ayuntamientos, también han reducido la contratación de algunos
servicios. Incluso la fusión de entidades bancarias ha obligado a reducir el
número de furgones que hacen la recogida de dinero porque ahora la ruta es más
corta. La caída del negocio se ha acentuado a medida que la economía se
iba hundiendo. Como
en otros sectores, el de la seguridad privada ha sufrido también la repercusión directa del mal momento que pasan otras compañías. Sobre todo porque al cierre de empresas, por lo tanto, ya no necesitan ningún sistema de seguridad, se ha añadido la necesidad urgente de recortar gastos tanto en el sector público como privado y muchas han optado por reducir en vigilantes y renovación de alarmas.
en otros sectores, el de la seguridad privada ha sufrido también la repercusión directa del mal momento que pasan otras compañías. Sobre todo porque al cierre de empresas, por lo tanto, ya no necesitan ningún sistema de seguridad, se ha añadido la necesidad urgente de recortar gastos tanto en el sector público como privado y muchas han optado por reducir en vigilantes y renovación de alarmas.
Prosegur junto con 13 grandes empresas forman parte de
Aproser, la Asociación Profesional de Compañías de Servicios de Seguridad
Privada que cifra las pérdidas en facturación en un 20% desde el año 2009.
Tardaron más en notar los efectos de la crisis pero finalmente los ha acabado
tocando también. El capítulo en el que más se ha recortado es el de las alarmas
y cámaras de videovigilancia. Anna Aisa, gerente de la Asociación Catalana de
Empresas de Seguridad cree que es necesario un cambio de mentalidad:
"Hasta que la gente no se mentalice que invertir en seguridad no es sólo
un gasto costará. Si lo ves como un gasto recortas y ya está. Ahora con dos
vigilantes y una cámara ya hacen suficiente y antes quizás en este servicio
había 10 personas".
Pero aún hay otro servicio que ha sufrido
restricciones. Son las furgonetas blindadas que recogen dinero a los bancos.
Hay compañías que han pasado de 3 vehículos a uno cada noche: "El cierre
de oficina afecta al transporte de fondos porque es una ruta menos que
haces", añade Aisa. El sector está esperanzado con algunos anuncios
políticos como la propuesta del Consejero de Interior de sustituir los mossos
que vigilan el perímetro de las prisiones catalanas por vigilantes
privados. En Cataluña hay cerca de 12.400 vigilantes de seguridad y más de
250 empresas del sector según datos de la patronal, que situándola como la
segunda en todo el Estado por detrás de Madrid.
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