Carta contra los “parásitos políticos” (vivís
de mi pasta) recogida en la red
VIVÍS DE MI PASTA (carta de Oscar Molina)
La carta de Oscar Molina está dando la vuelta a España
a través de Internet porque sus críticas al poder representan una bofetada rebelde
a la “casta” de parásitos e inútiles que domina este país y que ha convertido
la democracia española en una pocilga. Hoy la reproducimos en Voto en Blanco.
Oscar Molina (Madrid, España) es piloto de Transporte
de Línea Aérea y Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de
Madrid. Ejerce su profesión en la compañía Iberia. Fue Director de la revista
MACH 82, órgano de comunicación oficial del Sindicato de Pilotos de Líneas
Aéreas. Actualmente colabora en la revista “Época”, es contertulio de Radio
Intereconomía y escribe sobre temas aeronáuticos profesionales en la página web
Aviación Digital Global.
Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido. Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes. Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro. Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta. Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero.
Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros,
Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con
un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente
en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáis totalmente
incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni
dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio
alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para
vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión
de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida,
y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros
de vosotros. Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a
la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la
jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo
que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.
Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete
gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a
cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores
de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un
chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas
y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está. Usáis la pasta que yo
gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis
la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder
aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo.
Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se
caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia
para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único
mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís
de mi dinero.
¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos
de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del
deber. ¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3.200; sólo en Madrid vuestro chollo nos
sale a los contribuyentes por 77 millones de euros.
¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los EREs, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.
¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los EREs, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.
Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”,
apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y
subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para
apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida
regalada de mis impuestos, y además me insultáis.
Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme
“hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que
se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis
asesino… todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad
progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios
infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven
para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales.
Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea
considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra
un teléfono móvil, una impresora, un ordenador… Habéis forzado la máquina de
quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se
bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier
día nos sangraréis en nuestro entierro.
Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no
venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no
conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas. La
inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais
capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos
colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la
mano en la cartera.
Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.
Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.
Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y
nosotros cada vez menos.
Oscar Molina
Oscar Molina
Por favor,
pásalo. Se valiente
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